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I Domingo de Adviento

Comentario bíblico

28 de noviembre de 2021

Ciclo C: Lc. 21,25-28.34-36

Por: P. Jesús María Ortiz Orozco, C.Ss.R.

Comentario bíblico

Hoy, primer domingo de Adviento, iniciamos un nuevo año litúrgico, correspondiente al Ciclo C. La liturgia de nuestra Iglesia nos propone dos pasajes del evangelio según San Lucas:

26Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra se angustiarán los pueblos, desconcertados por el estruendo del mar y del oleaje. 27Los hombres desfallecerán de miedo, aguardando lo que se le echa encima al mundo; pues las potencias celestes se tambalearán. 28Entonces verán al Hijo del hombre que llega en una nube con gran poder y gloria. 28Cuando comience a suceder todo eso, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque se acerca su liberación (Lc 21,25-28).

Este texto se refiere a los acontecimientos finales. Jesús habla sobre los signos escatológicos que estarán presentes antes de su venida gloriosa. Los versículos (25-26) se retoma el tema de los fenómenos cósmicos mencionado por algunos profetas como Jeremías. Este profeta expone el impacto que la maldad de Israel produce en los cielos (Jr 2,12), el sol (Jr 4,23-28), los mares (Jr 5,22-23), los desiertos (Jr 9,9), las nubes (Jr 10,10-13) y los animales (Jr 27,5-6). Los versículos 27 y 28 presentan la parusía de Jesús. Los acontecimientos terribles que le anteceden a la venida gloriosa de Cristo son señales de que la salvación (liberación) (21,28) y el Reino de Dios (21,31) se acercan.

34Estén alerta, no sea que sus corazones se emboten por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre ustedes como un lazo; 35porque vendrá sobre los que habitan en la superficie de toda la tierra. 36 Velen en todo tiempo, orando para que tengan fuerza, logren escapar de todas estas cosas que están por suceder, y puedan estar en pie delante del Hijo del hombre (Lc 21,34-36).

En este segundo pasaje, Jesús insiste en la necesidad de estar alerta y mantenerse vigilantes para que su llegada y los acontecimientos que se darán de improviso no encuentren a sus seguidores desprevenidos. Para ello, pide que el corazón de sus discípulos no se llene de vicios. Por último, invita a tener fuerza por medio de la oración.  

Langner (2008) sintetiza lo dicho en los párrafos anteriores de la siguiente manera:

Con eso, Jesús abre una perspectiva nueva a sus discípulos: deben interpretar los acontecimientos en el mundo desde la perspectiva del Reino de Dios que ya está cerca, por eso no deben tener miedo. El Reino de Dios y la salvación cercanos requieren ajustar las acciones a este objetivo inminente: no dejarse engañar (Lc 21,8), dar testimonio (Lc 21,13), ser perseverantes (Lc 21,19), no embotarse por el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de la vida (Lc 21,34); por el contrario, hay que estar en vela y orar sin desfallecer (Lc 21,36). También los lectores deben revisar y ajustar sus acciones –¡y sus objetivos! – bajo esta nueva perspectiva del cercano Reino de Dios (p. 230).

Pidámosle al Señor que nos ayude a vivir este Adviento renovando nuestro compromiso bautismal, de modo que podamos descubrir en los signos del tiempo presente la cercanía del Reino de Dios y su respectiva salvación (liberación).

Bibliografía

Langner, Córdula. (2008). Evangelio de Lucas y Hechos de los apóstoles. Verbo Divino.