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¿QUIÉN SE HACE PRÓJIMO DEL HOMBRE?

XV Domingo del Tiempo Ordinario

Comentario dominical

10 de julio de 2022

Ciclo C: Lc. 10, 25-37

Por: P. Óscar Jhonny Arias Pineda, C.Ss.R.

Continuamos reflexionando sobre la invitación que Jesús nos hace: a seguirle y a ser colaboradores de su misión, pues hoy el texto del Evangelio nos muestra que debe ser lo característico de nuestro modo de proceder: el amor que se traduce en misericordia, en otras palabras, el amor al prójimo.

Si la religión nuestra, no está centrada en un Dios, Amigo de la vida y Padre de los que sufren, nuestro culto sagrado puede convertirse en una experiencia que distancia de la vida y nos aísla de los heridos que vemos a nuestro alrededor.

También nosotros, al igual que el joven del Evangelio, preguntémonos: ¿Quién es el prójimo?

A lo que podríamos respondernos: cuando el destinatario de nuestro amor es el hermano, aquél con quien tenemos dificultades de trato o aquél que para nosotros no cuenta o no existe, conviene recordar lo que nos dice la primera carta de San Juan: “Si uno dice que ama a Dios mientras odia a su hermano, miente; pues si no ama al hermano suyo a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y el mandato que nos dio es que quien ama a Dios ame también a su hermano”.

Siguiendo el texto del Evangelio de hoy, hablemos de tres apreciaciones:

  1. Tres maneras de actuación con el prójimo.
  2. Ser prójimo depende no del otro, sino de mí mismo.
  3. La primacía de la caridad es prioritaria, no valen las excusas.
  1. Tres maneras de actuación con el prójimo.
  2. El otro no es mi prójimo, lo tuyo es mío:  Es la idea de los ladrones que asaltaron al hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó. Una idea en la que, sin llegar a robar en el sentido estricto de la palabra, podemos caer cuando, atrapados por el consumo y el deseo de acumulación, nos apropiamos de lo que es de los demás y de aquello que las personas necesitan para vivir con dignidad.
  • Ese no es mi problema, lo tuyo es tuyo: Es no querer involucrarnos en la suerte del hombre caído, dejándonos llevar por la indiferencia, sin tener en cuenta las alternativas que nos ofrece los valores del evangelio.
  • Acción misericordiosa, lo mío es tuyo: Jesús no pasa de largo, su corazón, quebrantado ante tanto dolor, le mueve a detenerse y a obrar con generosidad la misericordia. Llevándonos esto a decir que nuestro prójimo, es aquél a quien debemos amar como reflejo del amor a Dios y a nosotros mismos.
  • Ser prójimo depende no del otro sino de mí mismo.

Si soy capaz de acercarme al otro, existe el prójimo. Si estoy cerrado en mí mismo y en mis propios intereses, el prójimo no existe.

Sea esta la oportunidad, para que nosotros como Iglesia, siguiendo las huellas de Jesús, nos convirtamos en una Iglesia samaritana que sepamos acercarnos a las víctimas de nuestro mundo, haciéndonos próximo y cercanos a todos los que yacen maltrechos.

Que sea nuestro corazón el que nos impulse a acercarnos a las personas y a hacer por ellas todo lo que está en nuestra mano, pues solo la compasión puede hacer hoy a la Iglesia de Jesús más humana y creíble.

  • La primacía de la caridad es prioritaria, no valen excusas…

Lo que prima es la caridad, así como prima el mandato del Señor: haz tú lo mismo, que ordena hacer a otros lo bueno que tú quieres que te hagan a ti.

Aquí podríamos decir que la pregunta no es: “quién es mi prójimo”, sino: quién es el prójimo al que debo ayudar… Para Jesús el prójimo es ante todo el que está en necesidad. Pero es también el que acude a remediar esa necesidad. Prójimos en necesidad son incontables, prójimos que acudan a remediar la necesidad, son muy pocos, ¿lo somos ustedes y yo? Y sin embargo son lo que más necesitamos.

Hermanos, a la pregunta: ¿quién se hace prójimo del hombre?, el texto del Evangelio, nos ha hecho un llamado a reflexionar sobre nuestro compromiso con la caridad: ¿qué estamos haciendo por los demás…? De ahí que terminemos esta reflexión con las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué papel tiene el prójimo en mi vida de fe?
  2. ¿Nos portamos como prójimo ante el ser humano despojado y abandonado?
  3. ¿Qué puedo hacer por los demás?