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Por: P. José Silvio Botero G., C.Ss.R.

Es muy sugestivo el título que el Papa Benedicto XVI dio a uno de sus libros: El amor se aprende (2.012).     

Es llamativo el hecho de que el Magisterio pontificio de los últimos Papas nos hayan dado una serie de documentos en los que el ‘amor’ está al centro de la reflexión que ofrecen: 

  • Pablo VI, clausurando el Año Santo (1.975), puso de moda en la iglesia la expresión ‘la civilización del amor’ y afirmó que “la cuestión de la paternidad y de la maternidad  responsables se inscribe en toda la  temática de la ‘civilización del amor’” (n. 13).  
  • Juan Pablo II en su Carta encíclica Redemptor hominis  (1.979) escribió: “el hombre no puede vivir sin amar; permanecería como un ser incomprensible, su vida no tendría sentido si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta” (n. 10). 
  • Juan Pablo II en la Carta a las familias (1.994) entre los numerales  8 y 14 insiste en que los esposos “aunque somáticamente diferentes por constitución física como varón y mujer, participan de modo similar de aquella capacidad de vivir en la verdad y el amor”. 
  • Benedicto XVI en la Carta encíclica Dios es amor (‘Deus caritas est’, 2.005) inicia este documento así: “Dios es amor y  quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (n. 1). 
  • El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica postsinodal titulada La alegría del amor (2.016) refiriéndose al ’amor conyugal’ escribe: “es una unión afectiva, espiritual y oblativa, pero que recoge en sí la ternura de la amistad y la pasión erótica, aunque  es capaz de subsistir  aun cuando los sentimientos y la pasión se debiliten” (n. 120). 

Son muchas las personas que han tomado como objeto de su inquietud poética, artística, escultórica, pictórica, literaria, etc, el tema del amor. Alguien ha escrito estas líneas: 

Es un arte AM ARTE, 

PERDON ARTE, 

SAN ARTE, 

AYUD ARTE, 

CONSOL ARTE, 

SALV ARTE, 

NUNCA DESAPAR ARTE. 

QUÉ HERMOSO ARTE TIENE DIOS. 

Lo máximo que se puede afirmar es que DIOS ES AMOR como nos lo ha dejado escrito el evangelista S. Juan. Y maravilloso es también saber que fuimos creados para AMAR. Y en este arte de AMAR, los padres de familia son los primeros maestros: todos podemos observar que cuando una madre, un padre le habla al niño pequeño con ternura, cuando le sonríe, cuando le canta o le hace una caricia o cosquillas, cómo el niño sonríe también y quiere acariciar el rostro de la mamá, del papá. Esto es enseñar a AMAR; esto es experimentar el AMOR. 

Un filósofo muy conocido – Gabriel Marcel- escribió. “Amar a alguien es decirle: Tú no morirás jamás. Porque aunque hayas muerto, vivirás en mí”.