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24 de diciembre de 2023

Ciclo A/B/C: Lc 1,26-38

Por: José Pablo Patiño, C.Ss.R.

                Cuentan den un cura de una parroquia de periferia en Roma que volvía de un viaje a Madrid. Ya en el avión entabló amigable conversación con su vecino de silla, y antes de despedirse éste se ofreció a solemnizarle la misa dominical. El Padre le dio las gracias pues, le dijo que “ya tenía todo organizado”. Pero al descender del avión le sorprendió el gran número de gente que recibían al compañero de asiento y al preguntar a uno de los presentes por el nombre del que así recibían, se dio cuenta de que había perdido la ocasión gratuita de tener en su misa parroquial a Luciano Pavaroti.                                                                                      

Dios cuando quiso poner a caminar su proyecto de salvación de la humanidad quiso contar con la colaboración de María, la humilde mujer de Nazaret. Para Dios y su Hijo Jesucristo, María fue y es importante por su colaboración. Ella fue el medio por el que se encarnó y se hizo ser humano el Hijo de Dios para enseñarnos a ser humanos.                                            

Con María, y su esposo José, los pastores y los sabios del Oriente, encuentran a Jesús. Así es como nosotros también encontraremos a Jesús, en la compañía de María. La recomendación de María a los sirvientes de Caná es la mejor orientación que nos puede guiar para tener a Jesucristo como nuestro “camino de verdadera vida” humana y cristiana.   También, como María, nosotros estamos llamados a ser colaboradores de Dios en la realización de su sueño de hacernos sus hijos en Cristo Jesús. Benedicto XVI, en su ascensión al pontificado, se presentó como humilde trabajador de la viña del Señor.                                                                         

Como María, la madre de Jesús, como el Papa Benedicto, como el santo de nuestra devoción, somos, ojalá siempre dispuestos, trabajadores de la viña del Señor.  No  perdamos la oportunidad que Dios mismo nos ofrece gratuitamente de ser colaboradores suyos como la perdió aquel sr. Cura que dejó pasar la suerte de tener de colaborador nada menos que a Luciano Pavarotti.                                                                                                                                                             

Pidamos al Señor, en este tiempo de Adviento, que nos acerquemos más a su misterio y que lo hagamos por el camino que Él quiere que hagamos: el camino de la disponibilidad como la Virgen María. El viene a liberarnos de todo lo que nos separa de El y de los prójimos hermanos”. (Papa Francisco)