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Por: P. José Silvio Botero G., C.Ss.R.

Voy a decir algo que con seguridad va a molestar a muchos, pero cuando se los explique les va a molestar más, y es que a veces cuidamos más lo seguro que tenemos que lo inseguro. 

Me explico. Yo siempre digo no cuides tanto a tu familia, cuida a tu pareja, y la gente se sorprende. Pero, cómo que no voy a cuidar mi familia !!. Es mi familia. tu familia no la tienes que cuidar. Es tu familia. Tu familia está segura, nunca se pierde.  

Ustedes han oído decir a alguien “allí va mi ‘ex hijo’?, allí va mi ’ex padre’)?. No. Verdad?. Pero sí han oído mucho decir ‘allí va mi ex – pareja’. Entre los padres, los hijos, los hermanos, los abuelos, los tíos, los primos…, la familia es lo más seguro que se tiene, no hay ‘ex’. Ellos están allí, y por muchos años que duren sin verse, por mucho tiempo que pasen sin escribirse, ellos están allí.  

Usted no puede decir ‘aquella señora que va pasando por allí fue mi madre por 25 años’. Su madre está allí, está segura. Pero el amor de pareja es el más débil que existe. En una pareja no hay consanguinidad. Por eso hay que darlo todo para formarse algo. Tener una pareja es como cuidar una flor. Si una flor no se riega se muere y si se riega mucho también. Hay que ser un buen artista para cuidar una flor. Yo no sé cuidar flores, por eso soy cura.  

Por eso el amor de padre, de madre, y de hijo es como tener un ‘cuficoriano’; nadie lo riega, pero está allí. Eso que llamamos ‘amor eterno’ se da en papá, en mamá, en un hijo y entre amigos que también puede llegar a ser amor eterno; es decir, un amor sin condición. Pero el amor en una pareja es un amor diario, que tiene que cuidarse todos los días. 

Pero vete lejos de tu pareja diez años a ver qué encuentras al regreso. Por eso el amor de pareja es amor de todos los días. Yo no puedo hablar con mis padres cada semana, una vez al mes. Pero si tuviera pareja, la estaría llamando a cada momento. Es que el amor es así. Por eso yo comprendo el amor de aquellas parejas que, por alguna circunstancia del destino tienen un hijo discapacitado. No es que no quieran a los otros hijos; ellos están seguros.  De aquel hijo tienen que estar más pendientes porque no se puede valer por sus propios medios, se puede caer, a lo mejor no come solo. En cambio, los otros están bien, los quieren y saben que están allí. Si tengo una pareja, ese es el amor discapacitado. De ese tengo que estar más pendiente porque necesita más. El amor de los padres es independiente. El amor de pareja es dependiente. Ella depende de mí y yo dependo de ella. Estamos unidos ‘hasta que la muerte nos separe’, pero el amor que nos debemos es como el amor de un hijo discapacitado.