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Por: P. José Silvio Botero G., C.Ss.R.

Quienes han dividido la historia de la humanidad en etapas, señalan al ‘joven’ como el personaje de este momento y para el futuro proponen al ‘niño’ como personaje. ¿Pero habrá niños en un próximo futuro?. Las tasas de natalidad están muy bajas… En muchos países en cero. 

No obstante, la ONU en 1.959 proclamó la Declaración de los ‘derechos del niño’ en 10 artículos. Es una lástima que no sean lo bastante conocidos. Conviene mucho que los padres de familia y los educadores conozcan este elenco de derechos del niño porque los niños necesitan ser protegidos por todos.  

Tratándose del Decálogo para el buen trato de los niños, se han propuesto estos diez  principios-guía: 

  1. Expresarles todos los días el amor, el afecto con abrazos, besos y con palabras cariñosas. 
  2. Escucharlos siempre con atención, mirarlos a los ojos y creer en lo que dicen. 
  3. Aceptarlos como son, con sus diferencias y gustos. 
  4. Reconocerles  sus cualidades; así se fortalecerá su auto-estima y confianza. 
  5. Ayudares a resolver sus conflictos mediante el diálogo y facilitarles llegar a acuerdos de sana convivencia. 
  6. Dedicarles tiempo para la diversión; jugar con ellos. 
  7. Enseñarles muchas cosas que necesitarán para la vida futura con el ejemplo. 
  8. Estimular el aprendizaje valorando sus logros. 
  9. Dialogar permanentemente con ellos para fortalecer el cultivo de los valores humanos. 
  10. Conocer, enseñar y respetar los derechos de los niños/as y adolescentes para garantizar su cumplimiento. 

La Declaración de los derechos del niño coloca como ‘considerando’ de los diez artículos esta frase: “por su falta de madurez física y mental, necesita de protección, cuidados especiales; incluso, la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”. Este ‘considerando’ parece ser ‘letra muerta’ hoy cuando  la anticoncepción, el aborto, la venta de niños al exterior, el trabajo de los niños, la corrupción, etc. están al orden del día. 

Conviene preguntarnos ¿quién es el niño?. Es una ‘imagen de Dios en germen’; es una promesa de futuro, es un regalo que Dios hace a sus padres, es un recuerdo para los mayores de lo que fuimos un día, es una responsabilidad de la sociedad respecto del futuro de la humanidad. 

Dios al hacerse hombre como nosotros quiso iniciar este proceso como un ‘niño’, el Niño de María y de José; fue un Niño que creció en edad, estatura y sabiduría delante de los hombres bajo la protección de sus padres; esto es una invitación a ver en los niños la imagen de Dios hecho hombre.  

Preguntas para el diálogo: 

  1. Qué representa la imagen? 
  2. Tiene alguna semejanza con lo que sucede a veces entre esposos? 
  3. Qué solución encontraron los dos burritos? 
  4. Las parejas humanas deberán superar en mucho a los burritos. 

Propongo un caso concreto: una pareja de esposos programa salir a cenar fuera de casa un fin de semana; en un principio cada uno quiere ir al restaurante de su preferencia; discuten razones, forcejean ambos…; finalmente, dialogan un poco y optan por ir hoy al restaurante que ella propone y la próxima vez irán al que él sugiere. 

La decisión tomada ha sido la acertada: no se rompió el diálogo, ambos deliberaron y decidieron juntos y, sin duda, quedaron contentos.  Es la importancia del diálogo. Ricardo Cuadrado T. en su libro Diccionario de valores (Burgos 2.004) dedicó 3 páginas a hacer algunas reflexiones sobre el ‘diálogo’: 

  • “Diálogo significa el esfuerzo de dos o más personas por una dirección. Es duro remar entre dos para llegar al mismo puerto. 
  • Diálogo es la ruta a recorrer entre dos o más personas para llegar a la verdad. 
  • Todos tenemos un trocito de verdad. Unirnos para formar una verdad más grande, eso es el diálogo. 
  • El diálogo supone fundamentalmente la búsqueda solidaria de lo que es verdadero, buen y justo para todo hombre. 
  • Rehusar el diálogo es una especie de cobarde suicidio de la personalidad”. 

Dios, al crearnos seres sociables, nos dotó de la palabra para entablar el diálogo con nuestros semejantes; Dios se hizo hombre para dialogar con nosotros. La palabra es el gran instrumento para la comunicación con los demás. Sirvámonos de la palabra para un diálogo que construya amistad, diálogo y un enriquecimiento mediante la comunicación con los hermanos.