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IV Domingo de Pascua

Comentario dominical

30 de abril de 2023

Ciclo A: Juan 10, 1 – 10

Por: P. Rodrigo Costa, C.Ss.R.(Redentorista de Brasil)

La liturgia de este 4º domingo de Pascua, llamado Domingo del Buen Pastor, nos presenta la imagen del Pastor, para meditar en ella la misión y obra de Jesucristo, así como el servicio que todo cristiano debe realizar en el mundo, como pastores/cuidadores de la vida. Aunque la imagen del Pastor está vinculada al mundo pastoral y un poco distante de nuestro contexto urbano, permanece como inspiración para el modelo de autoridad y cuidado que debemos buscar. Entre las diversas imágenes de Dios en el Antiguo Testamento está la del Pastor: “El Señor es el pastor que me guía; No me falta nada” (Sal 23,1). Esta imagen también se transpuso para expresar el ejercicio de la autoridad, ya sea política o religiosa, en la conducta del pueblo de Israel. Después de una serie de líderes en la historia del Pueblo de Dios, considerados como “malos pastores” porque no estaban interesados en cuidar, sino sólo en explotar el rebaño, llevándolo por caminos de muerte, Dios mismo asume el liderazgo de su pueblo, levantando un “Buen Pastor” (el Mesías), plenamente realizado en la persona de Jesucristo. Él tiene un verdadero mandato y autoridad dada por Dios para guiar al Pueblo de Dios “de la manera más segura” (Sal 23,3).

La catequesis presente en el discurso del “Buen Pastor” (cf. Jn 10) nos ayuda a comprender cómo Jesús lleva a cabo su misión de Pastor, y que también debe ser la norma para nuestro pastoreo: primero, “llama a las ovejas por su nombre”, es decir, establece una relación de cercanía y amor hacia cada oveja, porque para Jesús cada persona cuenta, y debe ser respetada en su singularidad y dignidad; luego los “conduce”, es decir, nos hace pasar de la muerte a la vida, del miedo a la confianza, en un camino de conversión (1ª lectura); luego, “camina delante de él, y las ovejas lo siguen”, Jesús nos invita a seguir sus huellas, en el camino del amor y de la entrega: “Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo, para que sigáis sus huellas” (2ª lectura: 1 Pe 2, 2); finalmente, “las ovejas conocen su voz”, es decir, las ovejas reconocen en Jesús al verdadero líder, que las conduce con certeza hacia la vida definitiva. El Evangelio también presenta a Jesús como «la puerta de las ovejas» (Jn 10, 7), por la que debemos pasar. Con esto, Jesús quiere decirnos que Él debe ser el criterio para todo verdadero liderazgo y autoridad, así como nuestro único acceso a la verdadera vida.

Siguiendo a Jesús, el “Buen Pastor”, los cristianos están llamados a ser pastores unos de otros, y eso significa cuidar de las vidas que se nos han confiado, especialmente de los más frágiles y vulnerables. En todo tiempo y lugar, especialmente cuando la vida está más amenazada, descubramos y ejerzamos nuestra responsabilidad como pastores, como Jesús, haciendo todo lo que está a nuestro alcance para preservar y respetar la vida de todos.