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Por: P. Álvaro Córdoba Chaves, C.Ss.R.

*  Tasswitz (hoy República Checa): 26 de diciembre de 1751  + Viena: 15 de marzo de 1820

El triángulo apostólico

Un monte en el desierto de Judea, las montañas de Scala en Salerno y las de Quintiliolo en Tívoli, son las plataformas desde donde tres jóvenes de treinta años se lanzan a redimir el mundo. Son ellos: Jesucristo, Alfonso de Liguori y Clemente Hofbauer. Se trata del triángulo apostólico en cuyo centro están los pobres y a los cuales son enviados por el Espíritu a anunciar la Buena Nueva (Lc. 4). Los tres saltan de las cumbres de la contemplación a una acción muy dinámica. Para Clemente, es decisiva su incorporación a la vida religiosa con los misioneros redentoristas; apenas ordenado sacerdote en Italia, es enviado a evangelizar en los países del norte de Europa. Y en verdad que allá encontró el Norte de su vida y del Instituto.

Los preferidos por Clemente

Un enorme abanico de personas se comunicó con quien llamaban el ‘hombre apostólico’. Entre ellas se encontraban sus preferidos: los pobres, los más privados de asistencia espiritual y material. Los biógrafos de Clemente apenas mencionan a los migrantes que enviaban a sus hijos a la escuela; en cambio, subrayan sus virtudes, rasgos y preferencias. Veamos algunos:

–  Tanto en Varsovia como en Viena, Clemente captó las urgencias pastorales del pueblo; de inmediato, puso en juego su actividad caritativa y formativa, sintonizando muy bien con el carisma alfonsiano; de su corazón salía el lema “obras son amores y no bellas razones”.

–  Clemente fue sensible con los niños y jóvenes más pobres; les organizó en Varsovia una escuela primaria, un orfanatorio y una escuela profesional para mujeres; en Viena fundó un colegio católico; en ambas capitales formó a los laicos y buscó su colaboración.

–  Clemente se caracterizó por su oración constante y su fe vigorosa, su fidelidad creadora y su celo misionero; transformó la fría liturgia en culto alegre y solemne (música, canto, iluminación); las leyes le impedían predicar misiones, pero hizo de la evangelización una misión continua; su predicación era constante y sencilla (predicaba hasta cinco veces al día; se hacía entender por la gente más humilde y por los niños); atendió la catequesis, confesiones, dirección espiritual y reuniones con toda clase de personas; solía decir: “el evangelio hay que predicarlo de nuevo”.

–  Clemente es reconocido como el hombre intrépido que aceptó vivir la aventura del evangelio en contextos y personas concretas; supo enfrentar la indiferencia religiosa y la política estatal adversa cuyo lema era: “Vivir como si Cristo no existiera”. Desde su llegada a Varsovia en 1787 ganó la batalla. Pero la fuerza bruta napoleónica se impuso. El 9 de junio de 1809 se promulgó el decreto de expulsión contra los redentoristas que estaban en Varsovia; Clemente viajó a Viena donde continuó su incansable tarea y allá murió el 15 de marzo de 1820, hace 201 años.

–  San Clemente María Hofbauer es llamado el segundo fundador e insigne propagador de la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas) fuera de Italia.

Bibliografía

Monumenta Hofbaueriana (1915-2020, colección en 17 volúmenes) / Revista Spicilegium Historicum CSSR (ver fascículos del año 2020) / Josef Heinzmann (y muchos más autores que escriben sobre su vida y actividades) / Adam Owczarski (hace la recopilación bibliográfica).