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Domingo de Ramos

Comentario bíblico

28 de marzo de 2021

Por: P. Jesús María Ortiz Orozco, C.Ss.R.

Ciclo B: Mc, 14, 1-15.47

Introducción

Nuestra Iglesia católica empieza la Semana Santa recordando la entrada de Jesús a Jerusalén.  Por eso, al iniciar la procesión o la Eucaristía se lee este episodio. El relato está presente en los cuatro evangelistas (Mt 21,1-11; Mc 11,1-10; Lc 19,28-40; Jn 12,12-19). Para este año litúrgico que corresponde al Ciclo B, leemos el episodio en el texto de San Marcos.

Comentario bíblico

El mencionado suceso se encuentra en la segunda parte del evangelio según San Marcos y consta de:

Una exposición: Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, cerca del Monte de los Olivos (11,1a).

Dos escenas, donde se prepara la acción simbólica: Jesús envió a dos de sus discípulos, y les dijo: “Vayan a la aldea enfrente de ustedes, y tan pronto como entren en ella, encontrarán un pollino atado en el cual nadie se ha montado todavía; desátenlo y tráiganlo. Si alguien les dice: ¿Por qué hacen eso? digan: “El Señor lo necesita; y enseguida lo devolverá”.

Ellos fueron y encontraron un pollino atado junto a la puerta, afuera en la calle, y lo desataron. Y algunos de los que estaban allí les dijeron: “¿Qué hacen desatando el pollino?” Ellos les respondieron tal como Jesús les había dicho, y les dieron permiso. Entonces trajeron el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y Él se sentó sobre él (11,2b-7).

La ejecución de la acción simbólica: Muchos tendieron sus mantos en el camino, y otros tendieron ramas que habían cortado de los campos. Los que iban delante y los que Lo seguían, gritaban: “¡Hosanna! bendito el que viene en el nombre del Señor; ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene!; ¡Hosanna en las alturas!” (11,8-10).

El relato está delimitado por el contexto geográfico en Mc 11,1.11 hace alusión a la ciudad de Jerusalén. Se evidencia el movimiento en la narración de Jesús con sus discípulos que se acerca a la ciudad (11,1) y entra en ella (11,11).

A continuación, se resaltan tres detalles para ver aquello que quiso transmitir San Marcos en esta acción simbólica realizada por Jesús

1. Entonces trajeron el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y Él se sentó sobre él. En el contexto judío se sabía que los antiguos reyes entraban de esta manera a la capital (Leer 1 Re 1,38; Zac 9,9).

2. Muchos tendieron sus mantos en el camino, y otros tendieron ramas que habían cortado de los campos. De este modo, algunos reyes en el Antiguo Testamento fueron festejados en el día de su coronación (Leer 2 Re 9,13). Además, representa un signo de victoria (Leer 1 Mac 13,51; 2 Mac 10,7).

3. El grito de los discípulos: “¡Hosanna! bendito el que viene en el nombre del Señor; Bendito el reino de nuestro padre David que viene; ¡Hosanna en las alturas!”. Llama la atención el término Hosanna, que significa ¡sálvanos! Según el biblista Secundino Castro Sánchez (2007):

Es posible que Marcos haya puesto en boca de la multitud esta expresión con el sentido de desear que se cumpla ya el designio definitivo de Dios. La palabra hosanna, entre el pueblo, había perdido su significado original y era una expresión de fe y de alegría derivadas de las promesas de Dios, que en cada momento se iban realizando; era una afirmación de fe y de confianza, en último término, de unión con Dios. Así se explicarían las palabras finales en las que prorrumpe la multitud: ¡Hosanna en las alturas! (p. 303).

La frase: Bendito el que viene en nombre del Señor (Mc 11,9).  Hace referencia al saludo que se utilizaba para darle la bienvenida a los peregrinos que llegaban al templo de Jerusalén. La segunda expresión: Bendito el reino de nuestro padre David que viene. Hace alusión al rey prometido del Antiguo Testamento.

Con lo anterior se puede afirmar que, aunque San Marcos no utilice el término rey para referirse a Jesús, se evidencia que la finalidad de este relato es la presentación de Jesús como rey. Por eso, la acción simbólica inicia apoyándose en el profeta Zacarías: Tu Rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna (Zac 9,9b).

Aplicación pastoral

Iniciar la Semana Santa recordando y celebrando a Jesús como rey, implica gritar nuevamente: ¡Hosanna!, que en la antigüedad era súplica de auxilio, como nuestro ¡socorro!, (Leer 2 Re 6,26; 19,19), Esta idea la expone Mally (1972):

Este grito servía originalmente para pedir ayuda en un momento de grave apuro (2 Sm 14, 4; 2 Re 6,16) o para suplicar la lluvia (Sal 118, 25). Debido a su conexión con la fiesta de los tabernáculos, Sal 118, se hizo expresión de esperanza mesiánica, pasando el ‘hosanna’ a convertirse en una aclamación litúrgica de homenaje a Dios o al Mesías en su triunfal entrada en Jerusalén (p. 124).

Gritar ¡Hosanna! Se hace necesario en este tiempo de pandemia, de injusticia, de violencia. Conviene reconocer el reinado de Jesucristo, porque de lo contrario el ser humano se puede convertir en un ser capaz de destruirse a sí mismo y a los demás. No cabe duda, que el mundo experimenta situaciones complejas. Por eso, Dios mismo viene a nuestro encuentro para consolarnos e invitarnos a la construcción de su Reino.

Que este grito, aclamación, súplica o alabanza nos ayude a fortalecer nuestra esperanza de manera que podamos descubrir y valorar la presencia de Jesucristo Rey y Redentor.

Referencias bibliográficas

Navarro Puerto, Mercedes (2006). Marcos. Verbo Divino.

Castro Sánchez, Secundino (2007). El sorprendente Jesús de Marcos. Desclée De Brouwer.

Mally, Edward (1972). Evangelio según San Marcos. Comentario Bíblico San Jerónimo. Ediciones Cristiandad.