Por: P. José Silvio Botero G., C.Ss.R.
Diana Carvajal, del Instituto de Servicios Legales Alternativos (ISA), publicó una breve reflexión sobre la ’Violencia intrafamiliar en Colombia”; a este propósito afirma: “la violencia intrafamiliar en la sociedad colombiana es de grandes dimensiones. Pero a la vez, es una de las realidades que más esconden las personas maltratadas o que conocen de una situación de maltrato, sea por temor a las reacciones del maltratante, por indiferencia o por ignorancia. Está comprobado que la violencia intrafamiliar en cualquier forma, sea en la pareja o de padres a hijos, es un acto por acción que priva a las personas de la libertad y de sus derechos y/o que dificulta el óptimo desarrollo del individuo y de su familia”.
La Declaración Universal de los derechos humanos, aprobada en la ONU (10 de Diciembre 1.948) tiene varios artículos que hacen relación a la NO-violencia:
- Art. 3*. “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
- Art. 5*. “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
- Art. 12*: “Nadie será objeto de injerencias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación”.
Las formas de violencia son diversas:
- Violencia estructural: pobreza extrema o inequidad profunda.
- Violencia cultural: la sociedad colombiana ha interiorizado la violencia y ha permanecido indiferente al sufrimiento de un porcentaje alto de víctimas.
- Violencia digital: bullying o matoneo, acoso, sexting, entendido como costumbre cada vez más extendida entre los adultos jóvenes de enviar mensajes o fotografías sexualmente explícitas mediante teléfonos móviles.
La parábola del Evangelio de San Lucas (10,29-38) sobre la figura del ‘buen samaritano’ es una buena pista de la forma para actuar en favor de las víctimas de la violencia; el relato de la parábola propone tres actitudes a promover:
- Discernir o examinar lo que se debe hacer: el buen samaritano interrumpió su viaje para ocuparse de la víctima que encontró en el camino.
- Solidaridad: el buen samaritano dedicó tiempo y dinero para atender a aquel hombre malherido por unos maleantes.
- Fraternidad: todo ser humano debe ser para nosotros un ‘hermano’. De esto nos dio ejemplo Jesús de Nazaret con sus palabras y con sus obras.
La pareja de esposos debe ser la primera en iniciar una campaña contra la violencia. ¿Cómo?. Cultivando el amor, el respeto mutuo, una sana y grata convivencia, dando ejemplo a los hijos de una relación intrafamiliar ejemplar. La familia es la primera escuela de los valores humanos y cristianos. Muchas familias sanas en todo sentido crean una sociedad sana.